lunes, 22 de marzo de 2010

Diario de un anciano diagnosticado con alzheimer

De que hablar. De que recordar.
Cada vez que inauguro un recuerdo añejo
escucho las voces de las cosas inertes.
Ellas me narran el pasado alguna vez
imaginado o vivido de manera inconsciente.
Algunas luces cegadoras quemándome,
escalan en mi cara y se deslizan…

… por debajo de mis ojos.
Una fuga mental que crece y crece.
Se desahoga pro mis ojos cuando
no me doy cuenta de que está pasando,
y cuando juego con plastilina no se me ocurre
nada interesante para moldear.
No voy a moldear nada ni lo hice nunca.

Fingir que las cosas independientes
flotan sin pilares desgastados,
es como fingir que estás bien
cuando lloras sin consuelo.
Entonces las cosas a la cuales navegaste
se aclaran con cada viaje.
Los conjuntos de parpadeos
se introducen en un saco sellado al vacío.
Una tierna subsistencia dibujándote a ti;
los diminutos corazones se agrandan a tamaños colosales
y almacenan tierras donde labrar más recuerdos que te puedan servir mañana.

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