De que hablar. De que recordar.
Cada vez que inauguro un recuerdo añejo
escucho las voces de las cosas inertes.
Ellas me narran el pasado alguna vez
imaginado o vivido de manera inconsciente.
Algunas luces cegadoras quemándome,
escalan en mi cara y se deslizan…
… por debajo de mis ojos.
Una fuga mental que crece y crece.
Se desahoga pro mis ojos cuando
no me doy cuenta de que está pasando,
y cuando juego con plastilina no se me ocurre
nada interesante para moldear.
No voy a moldear nada ni lo hice nunca.
Fingir que las cosas independientes
flotan sin pilares desgastados,
es como fingir que estás bien
cuando lloras sin consuelo.
Entonces las cosas a la cuales navegaste
se aclaran con cada viaje.
Los conjuntos de parpadeos
se introducen en un saco sellado al vacío.
Una tierna subsistencia dibujándote a ti;
los diminutos corazones se agrandan a tamaños colosales
y almacenan tierras donde labrar más recuerdos que te puedan servir mañana.
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