lunes, 15 de marzo de 2010

Alaska tienes montañas como muñecos de nieve

En las calles todos corren. En las calles gritos hacen eco.
Dime donde está tu hogar. No quiero ser esto.
Tanto camino árido para saber que esto es real, soy real.

Mis manos sangran. La sangre no es mía.
Si pudiera controlarme todo sería diferente. Cuando miras en mí.
Cuando miras en mi soy suficientemente dócil.

Las ventanas ellos cierran. Tus puertas abiertas encuentro.
Los faros parpadean y luego se apagan. No quieren verme ni en cuadro.
¿Pueden detenerse de verme así, por un momento nada más?
Tengo más miedo yo de todos ustedes.

Soy la tierra enferma. Soy una cosa ambigua.
Mis ojos son grandes y penetrantes, mas ciego estoy para que sepan.
Mi olfato es horrendo y desagradable. Odio oler el olor del miedo en el aire.

Estoy tan enfadado de ser real. Estoy loco. Denme una camisa de fuerza.
Estoy solo aquí afuera, mas el frío no penetra en mí.
Estás en tu puerta esperando que camine contigo dentro de ella.

Puedo ser un monstruo detestable y feo y contigo me siento diferente.
Puedo estar contaminado y ahogado por dentro y tú quitarme las impurezas
con tus manos de seda. Puedo ser un monstruo hilarante y horripilante
y tú de todas maneras vas a amarme.

Las estrellas y el espacio me ayudan a verte más linda esta noche.
El volumen del aire cambia de colores con tu mirada atravesando la atmósfera.

Yo aprendí de ti a ser lo que soy y ser lo que soy es lo más difícil para ser.
Puedo ser cualquier cosa también y aun así me cobijarías en tu cuerpo.

Quiero ser distinto a esto, un ser sin nombre ni apellido.
Quiero ser más fuerte que el acero que me cubre la piel hoy en día.
Quiero terminar con esto y poder ofrecerte algo mejor.

Puedo ser un monstruo asesino y condenado a la hoguera y de todas formas me dirías que si,
que si merezco la pena. Que permanecer de esta forma es como has tu de amarme.

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