Afuera las vidas que permanecen en el aire siguen vivas
y con rumores comentan que es tiempo de elegir una decisión,
estoy olvidando todo sentimiento oscuro e impuro siguiendo tus líneas.
Estoy a la mitad del camino para poder girar una vez más y ser diferente de la vuelta anterior.
Las praderas caen del cielo, se esparcen hasta donde no hay vista ni conocimiento;
Mantén tu cabeza abierta, entrará en ella la vida y el fin del camino que buscabas.
Abrazándote me invaden los movimientos lentos y nos dispersamos del resto,
Como si fuera tiempo de subirse a la salida y sobrepasarla y adelantarse a los créditos.
Algunos buscarán a la noche ahogándose en su desgaste y padecimiento de tristeza.
Las luces de la calle parpadean tan sutilmente que parecen vida espontánea;
Mi buena compañera, no sabes como tus palabras caen de mis oídos
o como tu imagen se impregna en mi deslucida visión de humano pecador.
Este infortunio es muy real para ser un sueño, un sueño producido al dormir,
al caer y desmayarse, al caer y morir, al caer y desaparecer, al caer y caer.
Somos vagabundos sembrados cerca para conocernos y enredar nuestras ramas con las del otro.
¿Cómo se puede abrir el segundo parpado y ver las cosas claras y tan definidas como en pareja?
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