martes, 28 de abril de 2009

Nada, nada del unverso logrará ganar la guerra.

Que gracioso
solo eso me faltaba, mas no logro entenderlo
¿Por qué tienes que usar un espejo para hablarme?

Cierra tus manos, déjame guardarlas para ti
que no se gasten, que no mueran jamás.

Perfora mis muñecas con tu aroma a volantín
ese aroma que el aire adora y que yo no eh podido saborear jamás
afina tu puntería y ve dentro de mis corneas ¿Pues distinguirme ahí?

Déjame empuñar tus manos, que no se gasten que nada del universo las envenene
esas manos que se parecen a las mías

y en las mías tu nombre aparece tatuado.
En ellas nos dibujo juntos…

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